EXPERIENCIA VIVIDA DEL CURSO DE DESCENSO EN ALTURAS.
Al comenzar el día sábado, estaba muy emocionada por vivir esa nueva experiencia de hacer un descenso sin importar la altura, al llegar al sitio en donde nos reuníamos con la Defensa Civil de tenjo, quienes eran los encargados de orientarnos sobre Primeros Auxilios y darnos la guía para el descenso.
Mi mente y mi cuerpo comenzaron a acelerarse, se juntaron una gran cantidad de sentimientos y emociones.
Nos reunieron en grupo y nos dieron las indicaciones para atender a una persona en caso de un accidente (Primer Respondiénte).
Después nos mostraron como nos iban a asegurar en el momento del descenso, (el casco, el arnés, las gafas protectoras, los protectores para codos y rodillas), aun así no estaba muy convencida de hacerlo, pero por lo menos tenia que intentarlo, comencé a subir el cerro, no se si serian los nervios o la altura pero llegue a la cima bastante fatigada, espere un rato para decidirme a bajar, cuando comenzaron a ayudarme a colocar la indumentaria, la adrenalina se fue incrementando, al comenzar a bajar sola al ver que solo dependía de una cuerda, saque fuerzas para controlar tantas cosas inexplicables que sentía, comencé a respirar profundo y me relaje un poco, pero mas abajo llegue a un punto en donde se me enredo la cuerda y no podía moverme, el susto fue peor pero estaba el instructor y el me ayudo hay me relaje y termine con éxito mi descenso.
Esta experiencia ha sido una de las mejores que he tenido, aprendí nuevas cosas que quedaran en mi mente y que estoy segura me servirán para mi futuro como profesional.
ANGIE MONTAÑO.
Mi mente y mi cuerpo comenzaron a acelerarse, se juntaron una gran cantidad de sentimientos y emociones.
Nos reunieron en grupo y nos dieron las indicaciones para atender a una persona en caso de un accidente (Primer Respondiénte).
Después nos mostraron como nos iban a asegurar en el momento del descenso, (el casco, el arnés, las gafas protectoras, los protectores para codos y rodillas), aun así no estaba muy convencida de hacerlo, pero por lo menos tenia que intentarlo, comencé a subir el cerro, no se si serian los nervios o la altura pero llegue a la cima bastante fatigada, espere un rato para decidirme a bajar, cuando comenzaron a ayudarme a colocar la indumentaria, la adrenalina se fue incrementando, al comenzar a bajar sola al ver que solo dependía de una cuerda, saque fuerzas para controlar tantas cosas inexplicables que sentía, comencé a respirar profundo y me relaje un poco, pero mas abajo llegue a un punto en donde se me enredo la cuerda y no podía moverme, el susto fue peor pero estaba el instructor y el me ayudo hay me relaje y termine con éxito mi descenso.
Esta experiencia ha sido una de las mejores que he tenido, aprendí nuevas cosas que quedaran en mi mente y que estoy segura me servirán para mi futuro como profesional.
ANGIE MONTAÑO.
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